domingo, 13 de enero de 2013

Con Cristina, dignidad y soberanía

Con Cristina, dignidad y soberanía
El hecho histórico no se inició el 9 de enero en el puerto de Mar del Plata, comenzó en 2003 cuando Néstor Kirchner llegó al poder del país para revalorizar por completo su significado. Ese poder que durante tantos años destruyó la conciencia colectiva de los argentinos a través de impunidad, corrupción, mafia e intereses foráneos, se convertiría ese mismo 25 de mayo en la herramienta fundamental para concretar una serie de sucesos que cambiarían la historia de la Argentina para siempre.

El 9 de enero de 2013 no fue para los argentinos más que una ratificación de lo que Néstor y Cristina han logrado en la última década. Fue una pizca más de felicidad y confianza en el corazón de los millones que se han sentido defraudados en algún momento y hoy comienzan a entender que ahora más que nunca es el momento de ponerle garra a la defensa de su nación unidos, organizados y siempre solidarios.

“Bienvenidos a la Patria”, les dijo Cristina, y comenzó la fiesta.
Seis horas antes el pueblo la estaba esperando, los estaba esperando. Miles de familias completas y más de cuarenta agrupaciones del campo nacional y popular se congregaron en la base naval de la ciudad en un clima de felicidad y orgullo, con la música de los granaderos haciendo vibrar el puerto con canciones patrias y populares, para recibir a nuestro buque escuela, nuestra fragata Libertad, nuestro patrimonio nacional.

Esta vez, no lograron que nuestra soberanía nacional sea víctima de fondos buitre definidos por ella como “depredadores sociales globales” que van en contra de los pueblos y sus intereses. No le dimos el gusto tampoco a sus aliados, que residen aquí, que buscan a cualquier costo y desde cualquier pantalla derribar un gobierno democrático y transformador engañando cada día más a los argentinos. El intentó fracasó. Cristina con su gestión y el pueblo con su buena fe lograron darle al mundo la lección histórica de que los principios no se abandonan.

Los fuegos artificiales despidieron la jornada. Otra verdadera fiesta popular que hizo bailar, sonreír y hasta llorar a las miles de personas que no se olvidarán jamás de ese hecho que se encuentra en la historia grande de la Patria. Varias generaciones fueron testigo de que ella cumplió y cumple cada día con su responsabilidad de gobernar para los 40 millones de argentinos y defender la libertad, la dignidad y la soberanía de su querida Argentina; por la memoria de su compañero, el bienestar del pueblo, la grandeza de la nación y la felicidad de todos los argentinos.

"Con Cristina, dignidad y soberanía". Extraído de lacampora.org

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