Ni rencor, ni odio: lucha contra la impunidad
Mientras que los genocidas Antonio Vañek y Jorge “El Tigre” Acosta fueron condenados a 30 y 40 años de “prisión e inhabilitación absoluta”. El represor Santiago Omar Riveros fue condenado a 20 años de prisión; los apropiadores Víctor Gallo e Inés Susana Colombo a 15 y 5 años, respectivamente; Juan Antonio Azic a 14 y 10 años para el médico Jorge Luis Magnacco.
En esta causa, la Justiciareconoce formalmente la existencia de un Plan Sistemático de Robo de Bebes a mujeres secuestradas durante la última dictadura.
Sin dudas, la llegada a este día histórico no hubiese sido posible sin la lucha de nuestras Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, de los diferentes organismos de Derechos Humanos que levantaron las banderas de Memoria, Verdad y Justicia desde el dolor transformado en fuerza para que esas banderas se sostengan a través de los años.
Pero definitivamente, y como ellos lo destacan, esa lucha se profundizó con llegada de Néstor y Cristina al poder y con la decisión política de que los Derechos Humanos sean política de Estado. Y desde ese Estado, fue que Néstor pidió perdón por “la vergüenza de haber callado durante veinte años de democracia tantas atrocidades” y esas banderas de Memoria, Verdad y Justicia avanzaron de manera avasallante.
Desde que asumió como presidente decidió no dejar las convicciones en la puerta dela Casa Rosaday creó la Secretaria de Derechos Humanos, con el enorme militante y referente que fue Eduardo Luis Duhalde a la cabeza.
Ayer en la puerta de Comodoro Py, las pancartas con ojos de niños que decían “devuelvan a los chicos”, se mezclaban con otras que llevaban impresa la tapa de Página/12 con la declaración del condenado Videla afirmando “nuestro peor momento llegó con los Kirchner”.
Una vez leída la sentencia, los compañeros de La Cámpora impulsaron la entonación del Himno Nacional y todos con los dedos dela Victoria levantados bien altos sentimos el orgullo de ese instante histórico en el quela Justicia estaba dejando huella sobre el pasado atroz que habíamos vivido como sociedad. Y sin dudas, con la certeza de que esa sentencia, también marcaba nuestro futuro porque ahora más que nunca, NUNCA MENOS.
Mientras la puerta de los Tribunales se convertía en una fiesta, Estela Carlotto nos hablaba colmada de felicidad y de emoción desde el escenario. Luego fue el turno del compañero Martín Frensneda, quien caracterizó como histórica esa condena. Él, junto a Victoria Montenegro, Juan Cabandié, Francisco Madariaga, Wado de Pedro, Horacio Pietragalla, eran algunos de los hijos de esos compañeros y compañeras desaparecidos que dieron su vida por una Patria para todos. Algunos de ellos, como Victoria, Juan, Francisco y Horacio son algunos de los 105 jóvenes que recuperaron su identidad y estaban allí escuchando la sentencia, que en muchos casos involucraba a sus apropiadores.
La jornada de frío fue llegando a su fin cuandola Bersuitse dispuso a tocar sobre el escenario haciendo bailar a los que emocionados nos acordamos de las palabras de Néstor cuando nos dijo: “Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guía y me guía, es justicia y lucha contra la impunidad.”
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